Queridas lectoras
Durante estos días de «aparente» aislamiento he podido reflexionar sobre muchas cosas. Y menciono «aparente» porque de aislamiento no tiene nada ya que nuestras relaciones van más allá de nuestros limites físicos y permitimos vivir en ese concepto virtual minuto a minuto.
Una de las ideas que me vienen a la cabeza es la sobresaturación de actividades que existen alrededor. Se ha hecho muy evidente a nivel virtual algo que ya existe a nivel físico de forma habitual en nuestras vidas: clases de todo tipo, conciertos, espectáculos, museos, actividades en familia, actividades en parejas, cine, etc.
Al vernos privados de salir de casa, nuestro mundo externo se ha manifestado en el mundo virtual: instagram, youtube, facebook… !podemos tener una agenda completa sin salir de casa!
Esto me sugiere varias cosas. Por un lado, agradecida de que tanta gente dedique su tiempo a ofrecer gratuitamente apoyo, clases y en general, su tiempo.
El FACTOR TIEMPO, me hace reflexionar. ¿realmente podemos PARAR? ¿realmente podemos vivir en nosotras sin hacer nada más que vivir? Realmente necesitamos hacer tanto cada día y dedicar tan poco a uno mismo?. Y no me refiero al UNO MISMO físico: necesitamos movernos, necesitamos cocinar, necesitamos compartir, necesitamos entretenernos…. Necesitamos PARAR. Y parar no es solo cerrar la puerta de casa y continuar con mi mundo mental activo. Parar significa acompañar a la mente y al cuerpo a NO HACER.
¿Que nos impide estar en el NO HACER? ¿cuantos minutos al día dedicamos a ESTAR presentes con lo que sentimos?
El no hacer está vinculado a desconectarse de la actividad externa para poder estar presentes de la actividad interna. cuando podemos bajar la «voz» de esa actividad externa, podemos escuchar mejor lo que sucede en nuestro interior. Una vez estamos en esa escucha interna lo que podemos observar a menudo es la incomodidad. Frases como «me cuesta sentarme y no hacer nada» «yo no puedo meditar» «esto no esta hecho para mi» son habituales en las practicas iniciales de la meditación o mindfulness. Puede ser incomodidad física, incomodidad emocional, o mental.
Uno de los mensajes que estoy transcribiendo en mi de este momento mundial presente es la de REDIRIGIR la energía desde el exterior hacia el interior. La lectura que se puede hacer desde mi experiencia es que PAREMOS de vivir proyectados en agendas, en planificaciones, en futuros programados. Las decisiones de quedarnos en casa y dirigirnos a ese silencio y cuidado interno nuestro y el de los seres queridos, quien los tenga cerca. Esta energía se dirige de forma directa hacia uno mismo. ¿y que hacemos con tanta energía? pues saturar las redes sociales de vídeos y actividades como sino pasara nada en nuestro entorno, como si todo tuviera que seguir igual. como si la actividad no pudiese permitir parar. Y esa es la actividad que genera la mente egoica y que no podemos parar sin una practica diaria, sin un esfuerzo. A pesar de que no me gusta la palabra esfuerzo ya que tiene connotaciones de pesadez y obligación en nuestra cultura. Pero me refiero a un esfuerzo para poder frenar la inercia de la actividad mental y centrar esa energía a un autodescubrimiento del ser humano. Y ese autodescubrimiento no puede hacerse con tanto ruido externo. Estemos en casa o estemos en el exterior, el ruido mental es el mismo o, quizás sea peor en casa ya que no lo puede acompañar un movimiento físico externo para poder sacar tensiones que se generan en el cuerpo.
Y para los que os preguntéis ¿ el no hacer nada, entonces que? pues en ese NO HACER surge una energía liberadora que poco a poco se ira regulando con cada una de nosotras. Una energía que trae creatividad, confianza, paz. No sale de la necesidad de cubrir una incomodidad del NO hacer, sino que sale del movimiento interno essencial, de una paz interna y una conexión profunda con la vida.
Aquí observo dos puntos importantes a practicar:
- Ser consciente de las creencias que van saliendo en este momento sobre este tema. Con el trabajo en el método hakomi se acompaña el proceso a través de mindfulness para poder traer a la consciencia las creencias que impiden este bienestar. Las creencias y los hábitos que nos impiden No hacer pueden ser inculcadas, programadas en nuestra infancia o aprendidas. Al hacerlas conscientes, puedes adquirir nuevos hábitos, nuevas formas de relacionarte con la vida.
- Y poder dedicar momentos al NO HACER. existen opciones en las redes sociales sobre la practica acompañada de mindfulness, la practica de respiraciones, ejercicios de hata yoga para acompañar al cuerpo a un estado de quietud, etc
Por lo tanto queridas lectoras, más allá dela creatividad humana en estos días para dar servicios en las redes, cosa que tiene un gran valor y va a generar un cambio en las tendencias de colaboraciones humanas abriendo nuevos campos de consciencia y de trabajo a nivel mundial, os recomiendo estar simplemente en esta practica diaria de 10 minutos e ir aumentando este tiempo según os vayáis sintiendo cómodas con ello.
El virus nos ha conectado mundialmente y a la vez a hecho visible esta actividad desmesurada de la mente humana y esta perdida de conexión interna. Una maravillosa oportunidad para redirigirnos, reeducarnos y establecernos en la Esencia que ya somos.
Y finalmente, poder argumentar a favor de la practica de meditación o mindfulness para poder estar en CALMA y en la tranquilidad. Para poder paliar el VIRUS DEL MIEDO que afecta a todos los niveles del ser humano.
feliz viaje interno