En una conversación con Cristina Valls, nuestra colaboradora y comañera en el Detox de Otoño, hablamos sobre el Qi Gong y sus múltiples beneficios. Ella, con años de práctica y acompañamiento, nos comparte con sencillez y claridad qué significa integrar esta disciplina milenaria en la vida cotidiana.
Cristina, para empezar, ¿qué es exactamente el Qi Gong?
El Qi Gong, también conocido como Chi Kung, es una práctica muy antigua que forma parte de la medicina tradicional china. Es un arte que combina movimientos suaves, respiración consciente y atención plena para cultivar y equilibrar la energía vital del cuerpo, el Qi (氣). Literalmente, “Qi Gong” significa “trabajo con la energía”. Es una vía para mejorar la salud, prolongar la vida y conectar con un estado de serenidad interior.
¿De dónde surge esta práctica?
El Qi Gong tiene más de 4.000 años de historia. Sus raíces se encuentran en rituales y prácticas chamánicas de la antigua China, y con el tiempo fue integrándose en la medicina, los monasterios taoístas y budistas, e incluso en las artes marciales. A lo largo de las dinastías Han, Tang o Ming se desarrolló como un método espiritual, terapéutico y preventivo. Hoy en día sigue siendo un pilar de la salud en Oriente y se ha extendido en todo el mundo como una práctica accesible y transformadora.
¿Cuáles son los elementos básicos del Qi Gong?
Se basa en tres pilares:
- Movimiento corporal consciente: lento, fluido, armonioso. Busca abrir los canales energéticos (meridianos) y favorecer la circulación del Qi.
- Respiración profunda y natural: siempre suave, larga, nasal, y en sincronía con el movimiento. Ayuda a oxigenar el cuerpo y regular las emociones.
- Concentración mental: cultivar la presencia y dirigir la energía a través de la visualización y la atención plena.
¿Qué beneficios principales ofrece el Qi Gong?
Son muchos. La práctica regular ayuda a:
- Reducir el estrés y la ansiedad, calmando el sistema nervioso.
- Mejorar la flexibilidad, el equilibrio y la movilidad, algo clave en la edad adulta.
- Aumentar la energía y la vitalidad, combatiendo la fatiga.
- Favorecer la salud cardiovascular y respiratoria, ampliando la capacidad pulmonar.
- Mejorar la calidad del sueño.
- Complementar procesos de recuperación en personas con dolencias crónicas, fortaleciendo también el sistema inmunitario.
¿Es una práctica para todo el mundo?
Sí, absolutamente. No hace falta ninguna condición física ni material especial. Se puede practicar de pie, sentado o incluso tumbado. Es apto para todas las edades, desde jóvenes hasta personas mayores. Lo importante es adaptarlo al ritmo de cada persona.
¿Qué hace que el Qi Gong sea más que un ejercicio físico?
El Qi Gong es una vía de autoconocimiento. Más allá de los movimientos, nos enseña a estar presentes, a respirar y a escuchar el cuerpo. En un mundo acelerado, lleno de estrés y distracciones, el Qi Gong nos invita a volver a la calma, a la armonía y al equilibrio interior. Es medicina preventiva, filosofía de vida y una práctica de transformación personal.
Cristina, cómo encaja el Qi Gong dentro del Detox de Otoño que propones junto con Miriam Solé?
El otoño es una época ideal para detoxificar el cuerpo y la mente, soltar lo que ya no necesitamos y fortalecer la energía vital para el invierno. El Qi Gong nos ayuda a acompañar este proceso desde dentro: con cada respiración, con cada movimiento, favorecemos la depuración natural del organismo y cultivamos serenidad. Es un recurso sencillo, pero muy profundo, que potencia todos los beneficios del retiro.
El Qi Gong es una invitación a parar, respirar y reconectar con lo esencial.
En este Detox de Otoño tendrás la oportunidad de practicar con Cristina Valls y experimentar en tu propio cuerpo los beneficios de esta disciplina milenaria.
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